¡ MAL NO, PEOR!

 Si pensábamos que habría muchos problemas en el funcionamiento de este “no proyecto” de incorporación de las unidades del 0-3 en los Colegios Públicos de Infantil y Primaria, nos equivocamos, porque la situación es “dantesca”. No solo hablamos de mala planificación de espacios tanto interiores como exteriores, sino de distribución de las aulas en sitios diferentes dentro del mismo centro o también en edificios contiguos, imposibilitando la relación entre los niños y niñas y la colaboración, coordinación y apoyo entre las propias educadoras.

 Es inconcebible que todavía falten maestras coordinadoras, y/o que en algunos centros hayan renunciado hasta 5 maestras a estar en el proyecto. Que a estas maestras que son de la lista y que muchos de ellas no han estado jamás en un aula de infantil y menos en las del primer ciclo, pues como decimos es inconcebible que todavía no les hayan dado un curso de formación, aunque tal como indican las educadoras que lo hicieron en junio, deja mucho que desear esa formación.

 Sabemos por lo que están pasando porque nos lo han contado. Obras todavía por finalizar, materiales que no llegan y materiales que no se adecúan a la edad de los niños y niñas. Desconocimiento por parte del equipo de dirección del colegio de cómo debe funcionar una escuela infantil y aunque algunos de ellos presentan una buena disponibilidad se ven desbordados y poco o nada apoyados por la administración.

Un periodo de adaptación y acogida muy muy difícil. Todo se está realizando por la buena profesionalidad de las educadoras y por su actitud, pero esto no puede ser así, las educadoras están asumiendo funciones que nos les corresponden (poner lavadoras, limpiar mesas, abrir la puerta porque no hay conserjes...etc.).

 La Consejería no planificó esto como un proyecto 0-12 ni siquiera 0-6, simplemente recibió un dinero de los fondos europeos y se ha limitado a crear plazas, sin rigor sin una planificación de los posibles fallos que siempre surgen al iniciar algo nuevo, sin asesoramiento continuo y adecuado a los equipos de educadoras y al directivo, sin una formación adecuada y rigurosa. En definitiva, lo único que les interesa es hacer propaganda de la cantidad de familias que se van a beneficiar de esto sin pensar en la calidad y calidez que debe darse en las aulas de 0-3.

 Además de todo esto, por si fuera poco, las educadoras están perdiendo derechos laborales que tenían y tienen en las escuelas de gestión directa.

 Debemos trabajar todas juntas para poner voz y altavoz a esta situación y conseguir que en un mínimo de tiempo se solucionen todas las deficiencias porque se lo merecen los niños y niñas, sus familias y las profesionales de la educación infantil.